lunes, 19 de enero de 2015

Las presentaciones, a veces, se narran.

Uno nunca sabe lo que va a ocurrir cuando abre un libro. Puede intuir gracias a la sinopsis, por qué derroteros le conducirá la historia, pero cada página será un mundo completamente nuevo y sorprendente. Como la vida misma y el día a día.
Como un Taller de Escritura Creativa y los alumnos que lo integran.

El 13 de octubre de 2014 me puse al frente del Taller de Ikust-Alaia, siguiendo la estela de quien fuera mi mentora, Maite González-Esnal, con el apoyo de mucha gente, familia, amigos y lectores, pero con absoluta incertidumbre de lo que daría de sí esta nueva aventura. Llegué, aspiré el olor de la sala vacía y perfectamente preparada para recibir a los "alumnos" y poco a poco fui dando la bienvenida a desconocidos y viejos amigos a los cuales solo les pedí una cosa: "escribid y pasadlo bien".

Porque escribir no es solo "representar las palabras o las ideas con letras" como dice la RAE, sino que es mucho más. Y para muestra un botón. Ese lunes, en vez de hacer una presentación oficial, empezamos a llevar a cabo el objetivo fundamental del taller, la expresión escrita aliñada con la imaginación, para obtener como resultado final, biografías anónimas de gente que escribe, y que cada dos lunes se reúne en la biblioteca para "crear".

Todos tenían que responder a las mismas preguntas donde no sólo había que escribir un nombre y unos apellidos, una ciudad natal y una fecha de nacimiento. "Tengo 36 años". "Tengo 63 y nací en Irún". "Soy de Hondarribia". "Tengo 32" . "Prefiero no decir mi edad"...

¿Quién soy? ¿Por qué escribo? ¿Desde cuándo? ¿Qué me aporta? ¿Para qué estoy en el taller? ¿Qué me gustaría lograr? ¿Para qué público?

En cuanto di el pistoletazo de salida cogieron el bolígrafo y el papel y comenzaron a presentarse desde ese más allá que es la imaginación, dejando las respuestas tipo test para los exámenes y, como buenos escritores amateurs, contando pequeñas historias sobre sí mismos, generosos por compartirse y también, muy tímidos. El "yo" es muy fácil de trabajar en un diario íntimo, pero en grupo...

"Escribo notas, algún poema, diarios... Me motivan en especial los temas de psicología". "La escritura es mi válvula de escape y al mismo tiempo, mi fuente de diversión". "Siendo jovencita, a veces, escribía finales alternativos de películas o libros. Me relajaba el sonido de la máquina de escribir. Aunque ahora uso el ordenador, no puedo evitar sentir algo de nostalgia". "Me encantaría decir que escribo para espantar mis fantasmas, para liberar el dolor y la carga emocional que llevo dentro, pero soy más prosaico que todo eso. Escribo porque me encanta contar historias y me encanta que las escuchen o las lean".

"Me gustaría perder el miedo a escribir una historia que tengo en mente".
"Quiero encontrar mi voz, adquirir herramientas para finalizar lo que empiezo".
"Busco una disciplina, adquirir un compromiso. De esta forma, dedico un tiempo exclusivo a algo que me gusta". "Me gusta escribir y quiero aprender a contar historias con los otros compañeros".

"Escribiendo puedo ser, hacer o tener todo lo que quiera". "Estoy en este taller para descubrirme". "La escritura siempre me ha aportado paz y liberación". "Valoro poder compartir las ideas con gente a la que también le gusta escribir". "Escribir es algo medicinal". "Me ayuda a canalizar, a entender".

"Nunca he pensado en el público". "No me da miedo el término Best-Seller, me aterra muchísimo más el término mediocre". "Entiendo que para leerme hacen falta personas con un mínimo de sensibilidad". "Escribo todo el tiempo, desde siempre; de todo".

En cuanto acabaron y leyeron sus respectivos trabajos, todos nos miramos de verdad, como quien mira por segunda vez un objeto o a una persona que le ha llamado la atención, reconociéndolo.

Un grupo realmente heterogéneo, de hombres y mujeres de diferentes edades y oficios que comparten una afición y un sueño: escribir para ser leídos algún día, sin importar el cómo ni el cuándo.

Por mi propia experiencia, sé que un blog es una plataforma perfecta para empezar a asomar la carita tras el folio emborronado. Con las entradas que poco a poco iré haciendo en este "Ikust Alaia escribe", pretendo dejar constancia de todo el talento que tienen estos valientes que han decidido acompañarme en esta aventura. Me gusta la idea de saber que todos los trabajos realizados permanecerán en el ciberespacio, al alcance de todos aquellos que quieran leerlos y seguirnos en este proyecto.
También suele ocurrir, que cuando te lees fuera de tu escritorio y dejas volar tus ideas libremente, aprendes del colectivo. Y en eso estamos. Aprendiendo unos de otros cada día, y escribiendo, porque es nuestra mejor carta de presentación real o imaginaria.

"Que aspiremos a publicar no significa que merezcamos ser leídos. 
La literatura es tender puentes de una subjetividad a otra subjetividad. 
Que hayamos disparado la flecha no significa que hayamos dado en el blanco". 
Pepa Roma "La trastienda del escritor" 
(Recomendación para aquellos que aman escribir y conocer a los autores)

Si has llegado hasta aquí, en nombre de los integrantes del grupo y en el mío propio, ¡gracias!
Esta aventura no ha hecho más que comenzar.

Que disfrutéis del taller y nuestros cuentos y sed bienvenidos siempre.

Continuará.

Itziar Sistiaga

7 comentarios:

  1. Sencillamente genial, disfrutad de esta oportunidad. Gracias por compartir.

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  2. Me encantaaa. Gracias Itziar, eres una maestra nata, crema, chantillí...o sea, lo que mola. Muxus guapa. Y saludos a mis compis que me lo hacen pasar pipa.

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  3. LA MUERTE DE UN SUEÑO NO ES MENOS TRISTE QUE LA MUERTE
    Cuando habla Antonio de la calle en el centro de Lisboa, me ha venido a la memoria, no los travestis, sino los tullidos, no la cocinera mulata con cofía, sino la que provocó un comentario: "!Qué asco!" Yo pensé, que sus antepasadas habían sido exclavas de todo y que ella lo era del hambre, revbuscando en el contenedor y luego, sentada comiendo a manos llenas patatas fritas, con atuendo negro de pelo, falda a juego, zapatilla de luto de andar por casa, y jarsey tal, con 3/4 de manga, no las casas de empeño, sino las fachadas acristaladas, dejadas al ñpolvo. Pero sí un restaurancillo de épocas ancensgtrales, con un water realmente de cogerlo con pinzas, parecido al de Burdeos el 8 de junio del presente, cercano a la Plaza de los Coquindeos. Si Antunes describe de noche a Lisboa, mis neuronas lo han recordado por el día de 1998 en la Exposición universal. Si a Lobo Antunes le es hogareño su entorno, a mis letras le sorprendieron las dos cabezas feméninas esculpidas en el Liceo y el Limpiabotas. Si su madre le decía que para qué vale escribir, con quien compartí la habitación en Fátima comentaba; La Unión Europea puede darles ayudas a mis compatriotas, pero su lentitud y tranquilidad les puede más que los incentivos económicos. Antonio Lobo Antunes ha escrito. Los comentarios del Pabellón portugués no fueron de decepción, ni el impresionante puente que atravesaba la Exposición en si. El pupitre puede que estar al revés, pero no a quien le sirve de meditación.

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